Ballena piloto

A pesar de su nombre, las ballenas piloto son en realidad, uno de los miembros más grandes de la familia de los delfines. Actualmente existen dos especies de ballenas piloto, de aleta larga y de aleta corta. Las aguas de Nueva Zelanda acogen a las ballenas piloto de aleta larga, las cuales transitan a través de sus frías aguas en el Océano Austral.

Para el caso de las ballenas piloto de aleta corta, estas tienden a habitar en zonas subtropicales y tropicales de aguas más cálidas. No obstante, y aunque las dos especies son fácilmente identificables por las diferencias en el número de dientes, la longitud de la aleta y la morfología del cráneo, es casi imposible distinguir entre ambas a simple vista en el mar.

Estos animales son, como mencionábamos anteriormente, uno de los miembros más grandes de la familia de los delfines, sin embargo, el Acta de Protección de los Mamíferos Marinos de 1992 (Estados Unidos) la clasificó como una ballena, a la que le añadieron el nombre de “piloto” pues se creía que cada manada era conducida por una ballena líder.

Apariencia de la ballena piloto

Las ballenas piloto son de color gris oscuro con una característica forma de “montura” detrás de su aleta. Puede identificarse además una marca de color gris clara o blanca en la parte posterior de los ojos, y un parche de color gris claro en la zona del pecho. Sus aletas dorsales son redondeadas y ligeramente inclinadas hacia atrás, como la forma de una ola rompiendo en la costa.

Los machos de esta especie son más grandes que las hembras, y pueden crecer hasta unos 6 metros de longitud, mientras que las hembras crecen hasta unos cinco metros. De manera similar, los machos son mucho más pesados y voluminosos que las hembras, y presentan una cabeza y aleta dorsal de mayores proporciones.

Probablemente, la característica más sobresaliente de las ballenas piloto, o calderones, como también se les conoce, es precisamente su gran frente bulbosa, la cual sobresale más allá de la boca y permite alojar lo que se conoce como el melón (tejido lipídico utilizado para la ecolocalización).

Distribución y poblaciones

Las ballenas piloto de aleta larga que habitan en el Hemisferio Sur, oscilan a lo largo del Océano del Sur, pero el número exacto de su población permanece indeterminado. Adicionalmente, una segunda subespecie habita también en el Atlántico Norte. Generalmente, estos mamíferos marinos prefieren áreas que son topológicamente de alto relieve, como los bordes de las plataformas continentales y dorsales oceánicas (cadenas montañosas sumergidas en el mar).

Se cree además, que esta preferencia por las zonas de relieve escarpado puede explicar en parte su tendencia a varar en las costas, puesto que su radar natural (contenido en el melón) no funciona bien en espacios poco profundos e inclinados, característicos de algunas zonas como la Bahía Golden de Nueva Zelanda.

Comportamiento y organización social

Las ballenas piloto viven en grupos familiares estables, e incluso las crías, independientemente de su sexo, podrán permanecer toda la vida cerca de la madre. En el caso de los machos, estos pasarán breves períodos de tiempo (unos pocos meses) en compañía de una manada ajena con fines reproductivos. Generalmente, este período de apareamiento ocurre durante los meses de primavera o verano, y en algunos casos el macho podrá aparearse con varias hembras al mismo tiempo. Cada manada varía entre 20 y 100 miembros de ballenas pilotos, aunque se han registrado casos de grupos más numerosos.

Por otra parte, muy poco se conoce sobre las costumbres de vida de la ballena piloto de aleta larga en el Hemisferio Sur. En el Atlántico Norte, las hembras de esta especie alcanzan la madurez sexual a los 6 u 8 años de edad, pudiendo gestar una camada de crías cada 3 o 5 años. Para el caso de los machos, su madurez sexual llega a la edad de 12 o 17 años. Las hembras pueden vivir cerca de 60 años, mientras que los machos poseen una expectativa de vida de 35 a 45 años.

Algunos casos registran ballenas piloto embarazadas a la edad de 55 años, aunque generalmente, estos mamíferos solo pueden reproducirse hasta los 35 años. No obstante, y de manera interesante, podemos recalcar que sí podrán continuar lactando hasta la edad de 50 años. Los ejemplares que habitan en las aguas de Nueva Zelanda se alimentan principalmente de calamares y pulpos comunes, especies estas que generan una fuerte actividad comercial en el territorio.

Ballenas piloto varadas

Las ballenas piloto poseen una fuerte tendencia a encallar en la arena. Tal es así, que existen numerosos casos de varamiento en toda la costa de Nueva Zelanda, y existen algunos puntos donde este tipo de sucesos ocurre de manera masiva, sobre todo en la Bahía Golden, la Isla Stewart y las Islas Chatham. En esta última ubicación se ha registrado además el mayor varamiento de ballenas pilotos ocurrido en el año 1918, y donde pudieron encontrarse cerca de 1000 ejemplares.

La mayoría de los científicos supone que el varamiento individual de estos cetáceos se debe a algún tipo de enfermedad, o que tal vez se encuentran llegando al final de su tiempo de vida. En el caso de los varamientos masivos, estos se encuentran sujetos a numerosas teorías, y no existe una explicación definitiva.

La hipótesis más probable para este último caso, es que la ecolocalización de las ballenas no funciona correctamente en aguas poco profundas y de suaves pendientes como el borde de la plataforma continental. A su vez, esto también permite explicar por qué los varamientos son más frecuente durante el verano, puesto que estas ballenas gustan de seguir fuentes de alimentos cercanas a la costa.

Una segunda teoría apunta a un comportamiento altamente sociable de las ballenas piloto: cuando un miembro pierde su camino y encalla, sus compañeros de grupo podrían nadar hasta la costa en su ayuda. Adicionalmente, otra teoría afirma que los parásitos que afectan el sistema nervioso de las ballenas piloto podrían ser los responsables de estos varamientos masivos, aunque se trata de una hipótesis carente de evidencias.