Ballena jorobada

Ballena jorobada, yubarta o gubarte

Descripción y comportamiento

Las ballenas jorobadas, de nombre científico Megaptera novaeangliae (Borowski, 1781), al igual que todos los rorcuales (ballenas azules, ballenas de Bryde, ballenas de aleta, ballenas minke y ballenas boreales), son animales largos y delgados, mucho más ágiles que otras especies de ballenas. Tienen hocicos puntiagudos, sopladuras pareadas y la parte superior de la cabeza es ancha y plana.

Las ranuras en la garganta, además de brindarle un aspecto característico a su cuerpo, también permiten que dicha área pueda expandirse durante la etapa de alimentación. Sus barbas son anchas y cortas, con filas continuas a la izquierda y a la derecha. Finalmente, la aleta dorsal posee un aspecto ligeramente encorvado.

Imágenes de la ballena yubarta

Evolución de la ballena jorobada

Todos los miembros del orden de los cetáceos (incluidas las ballenas dentadas y las que poseen barbas), se cree que han evolucionado a partir de mamíferos ungulados terrestres como las vacas, los camellos y las ovejas, hace unos 45 millones de años (40 millones de años antes de que los humanos poblaran la tierra). Comparaciones recientes de algunos genes proteicos presentes en la leche (beta-caseína y kappa-caseína), han permitido confirmar esta relación y han indicado que de los parientes que viven en la tierra, el hipopótamo es el más cercano a las ballenas.

A lo largo de su evolución, los cetáceos se han adecuado perfectamente al ambiente acuático, llegando a ser prácticamente incapaces de vivir fuera de este. Los cetáceos son un claro ejemplo de la radiación adaptiva entre los mamíferos. La radiación adaptiva ha permitido a los mamíferos convertirse en un grupo capaz de habitar la tierra, el mar y el aire, gracias al desarrollo de adaptaciones especiales necesarias para vivir en cada uno de estos entornos.

Los miembros del orden de los cetáceos han sufrido una serie de cambios y adaptaciones vitales para adecuarse al ambiente acuático: sus cuerpos se han condicionado para lograr movimientos eficientes dentro del agua, sus extremidades anteriores se han modificado en aletas para apoyar la dirección del movimiento, sus extremidades posteriores han desaparecido por completo, y finalmente sus colas se han ampliado horizontalmente y han desarrollado dos grandes aletas para impulsarse convenientemente a través del agua mientras la mueven hacia arriba y hacia abajo, en lugar del movimiento lateral característico de los peces.

Además de lo anterior, estos mamíferos han desarrollado en lugar de cabellos, una gruesa capa de grasa bajo la piel que les permite aislar el frío y obtener flotabilidad. Al mismo tiempo la posición de sus fosas nasales se ha desplazado hacia la parte superior de su cabeza, creando un orificio a través del cual pueden ascender a la superficie para tomar el oxígeno. Habitualmente, estos espiráculos alcanzan la superficie del agua antes que el resto del cuerpo del animal.

Ballenas jorobada

Adaptación al mar

Adicionalmente, otra serie de cambios han tenido lugar para apoyar la adaptación de las ballenas a la vida en el mar. Muchos de estos cambios están relacionados con la posición y habilidades de sus órganos sensoriales, puesto que el mundo marino no es el mismo que en la tierra. El sonido y la luz viajan de manera diferente en el agua con respecto al aire. Como resultado de lo anterior, las ballenas han desarrollado una vía muy peculiar de escuchar y visualizar.

La audición en particular se encuentra muy desarrollada en las ballenas, tanto es así que ellas dependen de este órgano sensorial como nosotros necesitamos de nuestros ojos, oídos y nariz para comprender e interpretar el mundo que nos rodea. Muchos de los órganos sensoriales y reproductivos de las ballenas se han internalizado para reducir la resistencia al nadar. Por ejemplo, las ballenas no presentan oídos externos, pero se basan en un sistema interno de senos de aire y los huesos para detectar sonidos.

Por otra parte, los cambios en sus comportamientos reproductivos y parentales, han tenido lugar de manera que permiten proveer del cuidado necesario a sus crías en el largo y frío océano. Junto a estas diferencias, los cetáceos poseen sin embargo, muchos de los mismos sistemas, como el circulatorio, digestivo, respiratorio y nervioso, que poseen los mamíferos terrestres de quienes ha evolucionado. Por ejemplo, muchas especies poseen estómagos de múltiples cámaras, una característica que bien poco les aporta a las ballenas, puesto que ellas no se alimentan del mismo modo que los rumiantes.

Fotos de la ballena jorobada

Ballenas jorobadas

Las cabezas de las ballenas jorobadas son anchas y redondeadas cuando se les ve desde arriba, pero resultan delgadas desde perfil. Su cuerpo no es tan ágil como el de otros rorcuales, pero es bastante redondo, estrechándose hacia un pedúnculo delgado en la cola. La parte superior de la cabeza y la mandíbula inferior poseen un aspecto redondeado, similar a los pomos de las puertas, y contiene al menos un pelo tieso. El propósito de esos pelos permanece incierto, aunque se cree que proporcionan a la ballena un sentido de “tacto”. Tienen además entre 20 y 35 ranuras inferiores que se extienden ligeramente más allá de su ombligo.

Un macho adulto de ballena jorobada mide entre 12.2 y 14.6 metros, mientras que las hembras llegan a alcanzar entre 13.7 y 15.2 metros. Su peso oscila los 22.6 y 36.2 kilogramos. El nombre científico para estos ejemplares es Megaptera noveangliae, que puede traducirse como “alas gigantes”, en clara referencia a las aletas delanteras, cuyas dimensiones pueden llegar hasta los 4 y hasta 6 metros de longitud (alrededor de  un tercio de toda la longitud del cuerpo del animal).

Su cuerpo es de color negro en la parte dorsal, y de blanco y negro moteado en su parte inferior. Este patrón de color se extiende también a su cola. Cuando las ballenas jorobadas se hunden en largas y profundas inmersiones, generalmente alzan su cola hacia arriba, dejando ver su parte inferior con patrones que pueden abarcar cualquier tonalidad en el rango del blanco al negro. Este patrón es único para cada ballena. La forma y el color de estos patrones en las aletas son tan distintivas como las huellas dactilares en los seres humanos.

Las ballenas jorobadas también se han vuelto populares por sus diversas exhibiciones acrobáticas. Efectivamente, su apelativo de “jorobadas” se refiere al impresionante arco de sus espaldas cuando se sumergen. Cerca de dos tercios de su cuerpo se trata de una aleta dorsal de forma irregular. También sus aletas anteriores llegan a ser muy largas, entre un cuarto y un tercio de la longitud de su cuerpo, y con protuberancias ubicadas en los bordes de la parte frontal. La aleta trasera, que puede llegar a medir 5.5 metros de ancho, se presenta de forma dentada y puntiaguda en los extremos.

Hábitat de la ballena jorobada

Uno de los aspectos más interesantes de la ballena jorobada es su gran salto, el cual es generado hacia arriba con tal fuerza (a través de sus poderosas aletas) que es capaz de elevar aproximadamente dos tercios de su cuerpo fuera del agua. A su vez, este salto también puede hacerse acompañar de giros espectaculares cuando la ballena retuerce su cuerpo en el punto más alto del movimiento. Los investigadores aún no conocen a ciencia cierta el por qué de este comportamiento, pero suponen que puede estar relacionado con rituales de apareamiento o simples rutinas de juego.

Algunos comportamientos, como empujar con fuerza su cabeza contra otras ballenas, se cree que se trata de conductas agresivas con el objetivo de defenderse de sus competidores. Los machos exhiben este comportamiento con mayor frecuencia cuando se trata de ganar la atención de la hembra. Otros comportamientos incluyen golpes con la cola, con las aletas y con la cabeza, aunque aún no se conoce la explicación para ello.

Cerca de tres especies diferentes de percebes (pequeños crustáceos) pueden encontrarse habitualmente cerca de las aletas y a ambos lados del cuerpo de las jorobadas, al igual que algunas especies de piojos de ballenas, como la Cyamus boopis.

Avistamiento de ballenas jorobadas

Comunicación

Los cantos de la ballena jorobada se componen de patrones vocales complejos. Todas las ballenas dentro de un área y época del año determinada parecen utilizar el mismo canto. Sin embargo, se ha llegado a comprobar que estos sonidos tan característicos varían de una temporada de cría a la otra. Los científicos creen que solo los ejemplares machos de ballenas jorobadas son los que cantan. Mientras que el propósito de estas canciones no se conoce con exactitud, muchos científicos suponen que los machos las utilizan para atraer a sus parejas, o para comunicarse con otros machos de la manada.

Distribución y hábitat de la ballena jorobada

Las ballenas jorobadas se encuentran en todos los océanos del mundo, a pesar de que en general prefieren permanecer en hábitats costeros, tanto para alimentarse como cuidar de sus crías. Un estudio reciente sobre la población mundial de las ballenas arrojó que existen cerca de 60 000 individuos (6000 – 8000 en el Pacífico Norte, 12 000 en el Atlántico Norte y aproximadamente 40 000 en el hemisferio Sur), lo que representa entre un 30 y 35% de su población original antes de haber sido cazadas.

Cuerpo de la ballena yubarta

Basados en las regiones que habitan, las ballenas se pueden dividir en dos grupos. Un primer grupo que se encuentra en el Pacífico Norte, en las aguas de Alaska, y que se estima se encontrará integrado por cerca de 2.000 ejemplares. Un gran porcentaje de esta población emigra a las islas de Hawái durante los meses de invierno, de noviembre a mayo, cada año. La distancia de ida y vuelta realizada durante su migración anual es de aproximadamente 9656 kilómetros, una de las rutas migratorias más largas entre todas las especies de animales. Durante su estancia en Hawái, las ballenas no se alimentan, sino que dependen de la energía almacenada en su grasa. En lugar de la alimentación, las ballenas dedican la mayor parte del tiempo al apareamiento y la cría de sus hijos.

Por otra parte, en el Atlántico, las ballenas jorobadas migran generalmente desde el mar Bering hacia el sur de México, mientras que otra pequeña población conocida como tribu Tonga se traslada desde las aguas antárticas hasta las inmediaciones de Tonga. Estas ballenas forman parte de una población del sur de Nueva Zelanda y Australia, de la que muy poco se conoce sobre su ruta de migración y los desplazamientos que realizan entre las islas del Pacífico Sureste.

Esta “tribu Tonga” es aún más especial que otros grupos de ballenas jorobadas, pues presentan un grupo reducido de integrantes y muy poco se conoce acerca de ellos. Perseguidas hasta 1979 por su aceite, carnes y huesos, estas ballenas son actualmente objeto de estudios por parte de numerosos científicos y entusiastas que buscan la emoción y el privilegio de observar tales magníficas criaturas en su hábitat natural.

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