Evolución de los cetáceos

Evolución de los cetáceos

Los cetáceos son clasificados como uno de los grupos de mamíferos más distintivos y altamente especializados. De ellos forman parte el animal más grande que ha vivido nunca, la ballena azul; los muy inteligentes y comunicativos delfines; los narvales con colmillos; las ballenas jorobadas y otras especies más, cerca de 80, que aún habitan nuestro planeta. Aunque muchas especies de cetáceos se han visto amenazadas por la caza y otras actividades humanas, las perspectivas de sobrevivencia y conservación para la mayor parte de ellas está mejorando.

Ballenas y delfines

Las ballenas están altamente especializadas para la vida en el agua. La mayoría de las especies son marinas, pero algunos delfines habitan ríos como el Yangtze, el Amazonas, Paraná, Indo y Ganges. Su cuerpo posee vértebras altamente comprimidas en el cuello, aletas dorsales, y una cola con dos aletas dispuestas horizontalmente.

Especies modernas presentan huesos muy alargados en el cráneo anterior y los orificios nasales en la parte superior de la cabeza, formando el espiráculo. Las extremidades anteriores están especializadas para funcionar como aletas indispensables para los desplazamientos, y las posteriores y la pelvis son muy pequeñas, y normalmente no se extienden fuera de la pared del cuerpo del animal.

Las existentes en la actualidad pueden dividirse en dos subgrupos: el Odontoceti (ballenas dentadas) y el Mysticeti (ballenas con barbas). Los dientes de los pertenecientes al primer subgrupo son típicamente numerosos y semejan forma de clavijas, aunque a veces pueden estar modificados.

Odontocetos

Muchos odontocetos pueden navegar por la ecolocalización, mecanismo mediante el que producen ondas sonoras gracias a un complejo sistema de sacos nasales y pasajes, y les permite auxiliarse de los ecos para desplazarse correctamente. Los delfines y las marsopas son ejemplos de odontocetos, al igual que las belugas, narvales, orcas, cachalotes y ballenas picudas.

Por su parte, las ballenas barbadas adultas carecen completamente de dientes aunque en su etapa fetal sí los presentan. Se alimentan filtrando pequeños organismos marinos fuera del agua utilizando placas de barbas, que son láminas con forma de cuerno, conformantes de filamentos que cuelgan desde el techo de la boca. Azules, derechas, jorobadas, minke y grises son ejemplos bien conocidos de ballenas con barbas.

Algunas ballenas barbadas, sobre todo las jorobadas, son conocidas por las secuencias de sonido extrañas y complejas que producen, como si se tratase de una canción. La función de estas aún no está clara para el hombre, pero sí se ha determinado que a diferencia de las ballenas dentadas, las barbadas no utilizan sus canciones para la ecolocalización.

Gracias a la riqueza del registro fósil existente de las ballenas, y a descubrimientos recientes, se han podido discernir varias particularidades sobre el origen de los cetáceos.

Arqueocetos

Arqueocetos: Las Ballenas antiguas

Las ballenas fósiles más antiguas se agrupan a menudo juntas, mayormente por conveniencia, en un taxón conocido como los arqueocetos, los que presentan varias características de las que las ballenas modernas carecen.

Sus dientes, como los de la mayoría de los mamíferos terrestres, aún presentaban diferenciaciones entre varios tipos y es conocido que entre las ballenas modernas están las que carecen por completo de dientes, y otras que los tienen, pero todos en idéntica forma y tamaño.

Los arqueocetos también tenían orificios nasales cerca de la punta de la nariz, al igual que los mamíferos terrestres, en lugar de un orificio en la parte superior de la cabeza como sus sucesores. Algunos conservaron extremidades traseras sustanciales que habrían sido visibles fuera del cuerpo del animal, ya que en aquel entonces esas extremidades y la pelvis estaban unidas a las vértebras por una articulación sacro, aunque arqueocetos posteriores sí las llegaron a presentar separadas del resto del esqueleto, como las ballenas de hoy día.

El arqueoceto más antiguo conocido hasta el momento es el Pakicetus. Se estima que vivió durante el Eoceno Medio en las aguasa de la formación Kuldana de Pakistán. Hasta ahora es conocido sólo por su cráneo, pero hallazgos recientes en Pakistán han producido otras especies de ballenas que muestran caracteres muy primitivos, tanto en el cráneo como en el resto del esqueleto.

Pakicetus

Estos animales tenían extremidades relativamente bien desarrolladas para un eventual desplazamiento por tierra, pero fueron acuáticos. Rodhocetus, un arqueoceto recientemente descubierto de Pakistán y unos pocos millones de años más joven que el Packicetus, tenía extremidades posteriores con mucho desarrollo, pero a diferencia de los mamíferos terrestres, no tenía sus vértebras en la región pélvica fusionados en un sacro.

Estas primeras ballenas como Rodhocetus muestran muchas similitudes con un grupo inicial de mamíferos terrestres conocidos como mesoníquidos, que también están cerca de la raíz de los mamíferos ungulados, lo que podría generar confusiones. De hecho, algunos dientes fósiles que una vez que se identificaron como mesoníquidos ahora se sabe que han venido de arqueocetos.

Para los finales del Eoceno, algunas ballenas Arqueocetos se habían extendido a muchas partes del mundo. La Zygorhiza presumiblemente fue bastante común en la región costera del Golfo sureste de Estados Unidos y aunque el cuerpo es muy parecido al de una ballena moderna, sus dientes y orificios nasales son muy diferentes de los de las actuales, de ahí que siga constituyendo un arqueoceto y no una ballena tal cual la conocemos.

Otro arqueoceto eocénico de la costa del Golfo es el Basilosaurus, cuyo nombre tiene un origen desafortunado, ya que se debe a un error biológico.

Basilosaurus

Resulta que el Dr. Richard Harlan, un médico estadounidense del siglo 19, fue el encargado de describirlo y nombrarlo y, al creer que se trataba de un réptil gigante lo nombró en 1843 " rey lagarto" (Basilosaurus en griego).

Por suerte, los científicos que más tarde lo examinaron, fundamentalmente Richard Owen, notaron el error y cambiaron el nombre a Zeuglodon, lo cual significa "diente yugo", en una descripción más apropiada de los molares de doble arraigo de este animal. Sin embargo, bajo las reglas que rigen la nomenclatura de las especies, el primer nombre tiene prioridad, incluso si no constituye una descripción precisa.

Nombre aparte, en la cadena evolutiva de las ballenas el Basilosaurus resulta significativo, ya que presentaron pequeñas pero bien desarrolladas extremidades posteriores que se proyectaban desde el cuerpo, aunque sin que hubiese una unión notable entre los huesos de la pelvis y las vértebras, tal y como las ballenas actuales, que conservan solamente pequeños huesos-férula como restos de la pelvis y las extremidades traseras.

Ascenso de las ballenas modernas

El ascenso de las ballenas modernas

A finales del Oligoceno, los dos linajes modernos de cetáceos habían evolucionado a partir de sus antepasados Arqueocetos. Curiosamente, de ese mismo período es la ballena Aetiocetus, de Oregon, Estados Unidos, la cual presenta un cráneo y mandíbula típicos de las ballenas barbadas y por tanto se considera como la más antigua entre las Mysticeti, aunque también poseyó un conjunto completo de dientes.

Para el Mioceno, según los fósiles hallados en muchos depósitos marinos, ballenas de ambos linajes eran relativamente comunes. Tal es así, que hoy se sabe que familias de los dos tipos de ballenas (dentadas y barbadas) evolucionaron a través del Mioceno tardío. Esto incluye dentro de las barbadas a especies como la ballena azul y las rorcuales, y dentro de las dentadas a los delfines, orcas, cachalotes, narvales, marsopas y ballenas picudas; especies todas, aunque no muy comunes en ocasiones y en peligro de extinción muchas, con las que convivimos en el planeta.

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