Ballena narval

Narvales

Los narvales (Monoceros Monodon), son ballenas de tamaño medio que viven en las aguas frías del Círculo Polar Ártico, cerca del norte de Canadá y Groenlandia. Estos animales crecen por lo general entre 4 y 6 metros de largo (12.20 pies), un tamaño similar a su pariente más cercano, la ballena beluga.

Características de la ballena narval

Sin embargo, los narvales pueden ser distinguidos fácilmente de las ballenas belugas, pues los ejemplares machos poseen un gran diente o colmillo retorcido en forma de espiral que se proyecta desde la cabeza. Este diente córneo tan largo puede alcanzar los tres metros (10 pies) de largo, y se trata de un órgano que crece constantemente para contrarrestar su desgaste.

Los investigadores continúan determinando la función principal de este diente, aunque se cree que sirve como adorno atractivo para el apareamiento o como una herramienta para luchar contra enemigos potenciales. Otros investigadores han llegado a afirmar que el diente tiene la capacidad de detectar cambios en la temperatura y presión del agua.

Ballenas narvales

Adicionalmente, los narvales también tienen un segundo diente que mide unos 30 centímetros (1 pie) de largo, pero permanece incrustado dentro del cráneo. Algunos ejemplares femeninos han sido vistos con un diente que sobresale, aunque no tan largo como en los machos. Incluso, pueden existir ejemplares con dos dientes protuberantes.

Los narvales también difieren de las belugas en el color de la piel. Estos animales poseen una piel moteada en blanco y negro, una apariencia que guarda similitudes con el aspecto de los soldados ahogados en el mar, por lo que su nombre (narval) deriva de la antigua palabra nórdica nar que significa cadáver.

Al nacer, los narvales miden aproximadamente 1.5 metros (5 pies) de longitud. En la madurez, que ocurre entre los seis y nueve años, las hembras crecen hasta los 3.5 metros (11.5 pies) y llegan a pesar cerca de 1000 kilogramos (2200 libras). En cuanto a los machos, estos llegan a medir entre 4 y 6 metros (13 y 20 pies) y pueden pesar unos 1600 kilogramos (3500 libras).

Una vez alcanzada la etapa de la madurez, las hembras podrán dar a luz a una cría cada tres años. El proceso de gestación tiene una duración de 14 meses, siendo la primavera la época escogida para dar a luz.

Ballena narval

Al igual que muchas otras ballenas, los narvales acostumbran a viajar en grupos, y sus manadas tienen como promedio unos 15 a 20 integrantes. A veces, múltiples manadas se unen en un solo grupo social de hasta 100 ballenas, aunque es difícil obtener cifras exactas. Los narvales han demostrado ser muy complejos de rastrear y etiquetar por los investigadores, debido principalmente a las condiciones de temperatura donde habitan, y el hecho de que estos animales no acostumbran a acercarse a la orilla.

Se trata de mamíferos marinos que se alimentan con más frecuencia durante el invierno, consumiendo algunos pescados como el bacalao, el fletán, camarones y calamares. Principalmente hallarán sus presas en el fondo del mar, por lo que necesitarán navegar unos 800 metros (0.5 millas) en promedio, aunque en algunas ocasiones podrán doblar esa cifra. Cada inmersión podrá tomar alrededor de 25 minutos. En el verano, los narvales se alimentan rara vez, pues durante el invierno deberán de haber acumulado suficiente energía. Al próximo año, regresarán a las mismas zonas de alimentación.

En cuanto a sus depredadores, los osos polares y morsas se consideran sus enemigos naturales, sobre todo si un narval queda atrapado en el hielo. En la costa, también podrán ser atacados por orcas, con quienes también están relacionadas. Finalmente, durante el verano, los narvales son cazados por los inuit, utilizando sus kayaks y lanzas.

Monoceros Monodon

Estado de conservación

Actualmente, los narvales son considerados una especie casi amenazada según la Lista Roja de la UICN. Los datos exactos en el número de narvales alrededor del mundo permanecen indeterminados. No obstante, existen preocupaciones acerca de las poblaciones cercanas a la costa este de Canadá y Groenlandia, debido a la caza desmedida. Muchas de las zonas habitadas por los narvales son sujetas además a perforaciones mineras, lo que produce residuos tóxicos muy peligrosos para las poblaciones de estos animales.

Curiosidades del cuerno de la ballena narval

Su colmillo es en realidad un diente. Aunque podría parecer que se encuentra en el centro de su cabeza, el colmillo del narval es en realidad un diente frontal izquierdo que sobresale del labio superior. El diente frontal derecho es muy pequeño, y por lo general se mantiene dentro de la boca.

Más extraño aún resulta que, mientras la mayoría de los dientes (incluyendo al de los humanos) tienen un exterior duro y un interior suave, en los narvales sucede todo lo contrario, pues su colmillo posee una capa externa blanda de cemento dental, y en el interior una capa más dura denominada dentina.

Su colmillo puede llegar a ser de 10 pies (3 metros) de largo. El colmillo de los narvales se mantiene en constante crecimiento a lo largo de su vida y puede llegar a alcanzar longitudes sorprendentes. Mientras que a simple vista parece crecer en línea recta, en realidad, este diente crece en forma de espiral hacia la izquierda.

Puede doblarse sin romperse. Su núcleo duro y su capa externa blanda le aportan propiedades muy resistentes y flexibles. Gracias a esto, el colmillo puede doblarse sin quebrarse, lo cual es importante para la vida y las costumbres del narval.

Fotos de ballenas narvales

Aún no se tiene certeza de su función. A lo largo de la historia han existido numerosas explicaciones para el colmillo del narval. Una teoría sugería que podía ser utilizado como arma, aunque este  planteamiento carecía de suficientes evidencias. Otros investigadores afirmaban que se trataba de un accesorio para encontrar pareja durante la época de apareamiento, similar a las plumas del pavo real o los cuernos del venado.

Sin embargo, la teoría más reciente nos explica que este órgano actúa como una especie de sensor ambiental. El colmillo en sí, posee una superficie porosa y llena de nervios, permitiéndole determinar al animal algunas variables ambientales como la presión del agua, la temperatura y la salinidad. 

No todos los narvales tienen colmillos. En la mayoría de los animales con colmillos, estos aparecen tanto en machos como hembras. Sin embargo, en los narvales, solamente los machos y un 15 % de las hembras poseen colmillos. Este hecho resulta confuso para los investigadores, puesto que si es utilizado para determinar las características del entorno, ¿Cómo no podría ser heredado también por los ejemplares hembra? Lo anterior también permite reforzar la teoría de que el colmillo es utilizado para las labores de apareamiento.

Fotos de Monoceros Monodon

Su piel es rica en vitamina C. Para tener una idea, existe prácticamente igual cantidad de vitamina C en una onza de piel de narval que en una onza de naranjas. De esta forma, la piel de los narvales es una fuente primaria de vitaminas para el pueblo inuit del Ártico.

No existen ejemplares en cautiverio. A diferencia de sus parientes cercanos, las belugas, lo narvales no sobreviven a la vida en cautiverio. En los años 60 y 70 del pasado siglo, varios intentos de capturar y mantener a estos animales resultaron en su muerte al cabo de pocos meses. Desde entonces, se ha reconocido que estos mamíferos jamás podrían sobrevivir en cautiverio.

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