Características de las ballenas
El presente artículo puede resultarte útil si buscas información completa sobre las características principales de las ballenas, apasionantes y gigantescas criaturas marinas. Mediante su lectura, conocerás no solo cuánto pueden llegar a medir y pesar, sino también cuánto viven y para qué sirven cada uno de los componentes principales de su anatomía.
Tamaño de las ballenas
Algunas de las ballenas barbadas están entre los animales más grandes del mundo. En el océano, el agua ayuda a soportar el peso del cuerpo de estos animales, de ahí que se hayan podido desarrollar hasta dimensiones inmensas en ese ámbito, como no hubiesen podido hacerlo en la tierra.
En general, las ballenas hembras son un 5% más grandes que los machos de la misma especie, lo cual resulta curioso por ser contrario a lo que sucede con la mayoría de las especies que habitan nuestro planeta.
Las ballenas barbadas del hemisferio norte suelen ser un poco más pequeñas que las de hemisferio sur. Además, algunas poblaciones de ballenas pueden tener ejemplares mayores o menores que otros de otras poblaciones de la misma especie. Por ejemplo, las ballenas Sei alcanzan 20 metros (65 pies) en el hemisferio sur, 18,6 (61 pies) en el Pacífico norte y 17.3 metros (57 pies) en el norte del Atlántico.
Los tamaños grandes de las ballenas tienen muchas ventajas adaptativas. En primer lugar, un gran tamaño disminuye la relación de temperatura entre el suelo y el cuerpo de un animal, lo que ayuda a un mamífero a retener el calor corporal. Además, en general los animales más grandes están más seguros ante un eventual ataque de depredadores y son más capaces de competir por compañeros de vida.
Un gran tamaño también permite que las ballenas se aprovechen de otras especies en la temporada de alta productividad de alimentos. En este sentido, son capaces de comer enormes cantidades a la vez, lo que les proporciona más calorías de las que utilizan, energía que a su vez pueden almacenar en forma de grasa.
Si hablamos de tamaño de las ballenas no podemos dejar de hablar de la ballena azul, el animal más grande de cuántos han existido, vivos o extintos.
La longitud media de las ballenas azules antárticas es de unos 25 metros (82 pies) en los machos y 27 metros (89 pies) en las hembras, sin tomar en cuenta posibles mediciones a ejemplares pigmeos u otras subespecies.
Las ballenas azules en el hemisferio norte son ligeramente más pequeñas y el ejemplar más grande registrado de una midió 34 metros (112 pies), mientras que otro individuo de récord fue registrado con un peso de 190 toneladas (419.000 libras).
Por último en este apartado, las ballenas francas pigmeas son las más pequeñas entre las ballenas barbadas. Las hembras adultas alcanzan una longitud de 6,5 metros (21 pies) y los machos pueden llegar a 6,1 metros (20 pies). Esta especie rara vez se registrada, por lo que los detalles de su tamaño pueden estar mal documentados.
Forma del cuerpo de las ballenas
La forma general del cuerpo de las ballenas barbadas es más o menos cilíndrica, pero se estrecha en ambos extremos. Esta forma fusiforme característica es muy eficiente para la administración de la energía durante la natación. En comparación con otras formas de cuerpo, la presentada por estas ballenas crea menos resistencia.
Coloración
La mayoría de las ballenas barbadas exhiben variaciones de color de la piel entre tonos negros y grises. En algunas la coloración puede estar a contrasombra, lo que significa que existe un tipo de coloración protectora en la que la superficie dorsal es más oscura que la ventral. Es protectora porque cuando la iluminación proviene de lo alto, el animal es poco visible. Por su parte, las ballenas azules son nombradas de esa forma por el color entre azul acero y grisáceo de su piel.
Otras especies como las minke, jorobadas, de Groenlandia y rorcuales comunes, pueden variar su coloración atendiendo a la zona que habitan. Así por ejemplo, las ballenas minke del hemisferio norte tienen una banda blanca a través de las aletas que contrasta con el negro predominante, mientras que ejemplares del hemisferio sur pueden o no tenerla.
Las ballenas jorobadas son de color negro o gris, excepto por sus aletas y el envés de las aletas, que son blancos. Las de Groenlandia pueden variar de grises oscuras a negras, a excepción de su mentón que es blanco, y las rorcuales comunes presentan cabezas asimétricas por su coloración. En esas cabezas, el labio inferior derecho es de color blanco y el resto negro o gris.
Como dato curioso debes conocer que los parásitos externos y las algas que crecen en la piel de una ballena afectan la coloración de algunas especies.
En este sentido, las ballenas azules a veces presentan una superficie ventral amarillenta, resultado del crecimiento de diatomeas, algas unicelulares. Además, percebes y piojos de ballenas dan a una ballena gris su característico y moteado color gris claro.
Algunas especies como las ballenas grises y las Sei tienen marcas o cicatrices blancas o de colores ligeros, resultantes de la pigmentación natural que provocan el crecimiento de barnacles, así como las mordeduras de tiburones o ballenas asesinas.
Aletas pectorales
Las aletas pectorales son los miembros anteriores de una ballena, los que tienen todos los elementos esqueléticos de las extremidades anteriores de los mamíferos terrestres, con la diferencia de que son en escorzo y están modificadas como apéndices en forma de remo.
Los elementos esqueléticos de estas aletas están rígidamente apoyados por tejido conectivo, que viene siendo como unas almohadillas cartilaginosas gruesas, tendida longitudinalmente entre los huesos.
Estas aletas pectorales constituyen una adaptación para la natación, ya que las ballenas las usan principalmente para dirigir el nado y, con la ayuda de sus otras aletas, detenerlo.
Especies como las rorcuales y las ballenas grises tienen cuatro dígitos en lugar de cinco en sus aletas pectorales y carecen de huesos en el que vendría siendo el pulgar. Por su parte, las ballenas jorobadas tienen aletas pectorales inmensas cuyo tamaño casi siempre se acerca a un tercio de la longitud del cuerpo, y son de un color blanco en contraste con el resto de la coloración.
Aletas caudales
Los lóbulos horizontales de la cola de una ballena se llaman aletas caudales. Estas son almohadillas aplanadas de tejido conjuntivo, resistente y fibroso, completamente libre de huesos o músculo. Se mueven hacia arriba y abajo y contribuyen igualmente a dirigir el nado.
Extremidades posteriores
En las ballenas barbadas, las únicas huellas de patas traseras son dos reducidos huesos de la pelvis, en forma de barra. Estos huesos no funcionales están enterrados profundamente en los músculos del cuerpo y no están conectados a la columna vertebral.
Aleta Dorsal
Rorcuales y ballenas francas pigmeas tienen una aleta en la parte superior de su cuerpo que se llama aleta dorsal. Al igual que las pectorales, la aleta dorsal está hecha de tejido conectivo denso, fibroso, y carente de huesos.
Una ballena jorobada tiene una pequeña aleta dorsal en la parte superior de una joroba y su forma puede variar entre un ejemplar y otro. Otros rorcuales por su lado tienen una aleta dorsal falcada, es decir, curva hacia atrás.
Las aletas dorsales pueden ser de aproximadamente 25 a 60 cm (1-2 pies.) de altura, dependiendo de la especie. Ballenas como la de Groenlandia y las grises no tienen aleta dorsal.
Cabeza
Ballenas barbadas como las francas tienen enormes cabezas, que pueden ocupar entre un cuarto y un tercio de la longitud del cuerpo. En esta especie en específico, todas las vértebras del cuello se fusionan, por lo que sus ejemplares son incapaces de mover la cabeza de lado a lado.
Otras especies como las rorcuales y las ballenas grises, al no tener un cuello fijado por vértebras, pueden tener cierta flexibilidad en la cabeza y el cuello.
Espiráculo de las ballenas
En las ballenas, las aberturas nasales se encuentran en la parte superior de la cabeza. La apertura nasal de una ballena se llama espiráculo y las ballenas barbadas tienen dos. Así como nuestras fosas nasales conducen a un paso de aire que a su vez conduce a la tráquea y luego a nuestros pulmones, los respiraderos de una ballena conducen a un paso de aire, que conduce a su tráquea y luego a sus pulmones.
Cada espiráculo está cubierto por una aleta muscular, que en una posición relajada proporciona un sello estanco al agua.
Barbas de las ballenas
Las ballenas se clasifican en barbadas y dentadas. Las segundas, como se deriva de su nombre, presentan dientes, mientras que las primeras carecen de ellos y tienen unas placas rígidas de queratina, que crecen por debajo de las encías de la mandíbula superior y son llamadas barbas, de ahí la clasificación.
Estas barbas crecen en filas en cada lado de la boca y al estar compuestas de queratina, una proteína fibrosa que también compone el cabello y las uñas, facilitando su crecimiento a lo largo de toda la vida, crecen continuamente durante la vida de una ballena.
Constituyen una adaptación para la alimentación por filtración y pueden ser infectadas por parásitos copépodos, nematodos y protozoos.
Piel
Las ballenas barbadas tienen la piel lisa, sin glándulas sebáceas o poros, y la epidermis es aproximadamente de 5 a 7 milímetros de espesor. Una variedad de parásitos pueden infestar la piel de una ballena, que para muchos de ellos constituye su hábitat natural. Asimismo, otros microorganismos o peces pequeños viven su vida en torno al ecosistema que la piel de una gran criatura constituye para ellos, y pueden agradecer a su anfitrión librándolos de parásitos y sanando posibles heridas.
En algunos lugares de la piel de las ballenas, como hocico, mandíbula y mentón, resulta curioso cómo muchas especies presentan pelos dispersos. No obstante, el nombre de barbadas no se debe a esto, sino a la estructura adaptativa descrita anteriormente e indispensable para la alimentación de estos gigantescos animales.
